martes, 18 de octubre de 2016

¿NOS RELAJAMOS?


No tenemos porque tener un espacio determinado, la relajación podemos hacerla tumbados en el suelo, de pie o sentados. Tampoco tiene porque ser al principio de clase, puede aparecer en cualquier momento de la clase, según el plan de trabajo, la organización de la sesión, en un momento en que la recuperación sea necesaria o para conseguir un objetivo específico. 
Según la intervención del profesor, puede ser directiva, semidirectiva o no directiva, y deberá hacerse en una atmósfera que propicie la calma, que inspire seguridad y empleando un tono de voz bajo, sugerente y envolvente.
Es aconsejable conectar el trabajo de relajación con las demás actividades de la sesión, con naturalidad, procurando que los tránsitos antes y después de la misma no sean bruscos. La música será un estímulo valioso, ya que ayuda a liberar la imaginación, y permite una mayor concentración. Conviene utilizar piezas musicales diferentes en cada sesión de trabajo.

Existen varios tipos de relajación:
  • PSIQUICA: favorece la concentración y la evocación favorece la distensión. Así, por ejemplo, el flujo y reflujo de aguas, el péndulo de un reloj, el amanecer en una playa desierta, el efecto de la brisa en un hermoso trigal, etc.
          Nos tumbamos en el suelo en posición de decúbito supino e iniciamos un ritmo respiratorio lento, mientras recreamos la imagen de que nuestro cuerpo es un globo que se va inflando y desinflando.
          Después vemos delante nuestra una gran pared negra, totalmente negra, que recorremos con la mirada; de pronto, nos damos cuenta de que, en medio de toda esa negrura, hay un punto rojo que va apareciendo y desapareciendo, siguiendo el ritmo de nuestra respiración, y haciéndose cada vez más grande hasta que finalmente, lo que tenemos delante nuestra es una pared roja. Esta transformación del color de la pared la realizamos con otros dos colores.
          Finalmente es el color azul el que tiñe la pared; delante de nosotros tenemos un hermoso cielo azul que nuestro cuerpo-globo atraviesa, en busca de un lugar agradable y placentero. Desde el aire vamos reconociendo los entornos de esa montaña, casa, río o playa a la que nos dirigimos y, poco a poco, el globo va bajando mientras sentimos un enorme placer y quietud.
          El globo se posa en el suelo, contemplamos como va llegando la noche al tiempo que el cielo azul se vuelve oscuro.

  • FÍSICA: existe un cierto control respiratorio. Facilita la distensión muscular y proporciona bienestar físico. La inspiración coincidirá con momentos dinámicos y la expiración con reposo.
          Imaginemos una línea continua delante de nosotros. Hacemos una inspiración profunda y tratamos de seguir la línea en toda su extensión, mientras soltamos el aire lentamente...
          Ahora nos imaginamos que acabamos de darnos un baño en la playa. Lentamente vamos sacudiendo el agua de las manos, del pelo, de los hombros, de las piernas, de la cabeza...
          Dirigimos la atención sobre alguna parte del cuerpo -pueden ser varias a un tiempo- y hacemos extensiones sucesivas, alternas, frontales, laterales, etc., de los brazos, de las piernas, de los brazos y manos, de piernas y pies, de brazos y cabeza; o rotaciones de hombros, de cabeza, de cabeza y hombros; o combinaciones de rotaciones y extensiones, etc.

  • PSICO-FISIOLÓGICA: consiste en automasaje facial y/o corporal con las yemas de los dedos o con las manos, presionando suavemente, con una cadencia lenta y manteniendo los ojos cerrados.

No parece difícil, ¿verdad?, pues... A RELAJARSE

Gracias y buena suerte


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